No todas las marcas dejan aroma. Algunas solo hacen ruido. Pero hay excepciones, como Paris Hilton, que no solo lanza una fragancia: crea un fenómeno cultural, emocional y mediático.
Hace unas semanas, fuimos convocados a presentar una propuesta para su más reciente lanzamiento en México. Y aunque el brief hablaba de un perfume, de una gira y de una celebrity global, en ATMK supimos desde el inicio que esto iba de algo más profundo: de generar una experiencia que huelan, recuerden y compartan.
México, el lugar donde Paris Hilton vuelve a ser ícono.
México no es un mercado más para Paris Hilton. Es un punto emocional. Aquí no se le ve como celebridad inalcanzable, sino como un símbolo generacional. Paris ha venido a donar casas, ha convivido con comunidades, ha dicho —sin necesidad de cálculo— que la Ciudad de México es uno de sus lugares favoritos en el mundo.
Eso cambia todo.
Este tipo de conexión no se pauta. Se cultiva. Y las marcas que lo entienden, son las que trascienden el simple awareness.
Cuando recibimos la invitación al pitch, no lo pensamos como una simple competencia. Lo vimos como una oportunidad para demostrar que una agencia creativa puede orquestar algo tan complejo como íntimo: una experiencia con una mujer que es DJ, empresaria, madre, esposa, ícono de moda y, al mismo tiempo, una persona que llega con hambre, jet lag y una agenda milimetrada.
Eso no se improvisa. Se ejecuta con precisión, empatía y experiencia.
Y ese es el tipo de trabajo que hacemos en ATMK.
Paris Hilton lo dice con claridad: sus perfumes son una extensión de su identidad. Por eso, el marketing que los acompaña no puede ser plano, genérico ni formulado. Tiene que tener su tono, su carácter, su historia.
Y eso es lo que diseñamos.
Una historia donde cada foto, cada palabra, cada paso, conecta emocionalmente con sus fans y con su marca. Un storytelling que no vende una botella, sino un pedazo de personalidad.
Cuando lo haces bien, el impacto es real.
Pasa esto: Paris llega, conecta, brilla. La prensa responde. Las redes estallan. Los fans —auténticos, no sembrados— vuelven a recordarnos por qué esto va más allá de un evento.
Porque lo que hicimos fue más ambicioso: crear un aroma mental.
Uno que huele a organización impecable, a PR con propósito, a creatividad sin poses y ejecución sin ego. Uno que huele a ATMK.
Gracias
Gracias, Paris Hilton, por confiar en México y por demostrar que la conexión emocional es más poderosa que cualquier KPI.
Gracias al equipo de marketing de Flanslux por su confianza absoluta.
Y gracias a mi equipo en ATMK, por demostrar que cuando una marca quiere generar una creación en cadena, necesita algo más que un evento: necesita una historia bien contada, con corazón, precisión y visión.